"En el espacio siempre se añora la tierra natal".
Valentina Tershkova, la primera mujer astronauta del mundo, para partir hacia el cosmos, tuvo que engañar a su madre.
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foto:moulicey28.ucoz.ru |
"¡Cielo, ahí voy!".Eso le dijo, a punto de arrancar el viaje, al desconocido que le esperaba: el espacio. La rusa Valentina Tereshkova fue la primera mujer que vio la Tierra desde el cielo. Hace 48 años de aquello, pero aún desea volver. Chaika (gaviota, el alias que tuvo en la misión) tiene 74 años que no aparenta y gestiona su pasado con la vista en el futuro.
"Me siento feliz de haber sido la primera mujer en haber ido al espacio y de representar la conquista que inició Yuri Gagarin. Trazamos el camino. Luego, nos siguieron los demás", responde en retahíla sobre su papel de pionera. Durante el desayuno, tan frugal que se limita a unos sorbos de agua embotellada, la cosmonauta -cuyo ruso traduce el intérprete- cita varias veces a aquel amigo, la primera persona que viajó al espacio. Aquel que, poco antes de que se encendieran los motores de la nave de Tereshkova, Vostok 6, le recordó en broma el viejo dicho de los marinos: una mujer a bordo puede ser sinónimo de problemas. No los hubo más allá de que, por un error de programación, la